jueves, 13 de noviembre de 2014

El Asesino de las manos limpias.

La bala retozona del 5.56, esa misma que hace zigzag y en vez de salir por aquí sale por allá o hace estallar el hígado, se comporta así porque un brillante ingeniero, hombre pacífico donde los haya, quizá católico practicante, aficionado a Mozart y a la jardinería, pasó muchas horas estudiando el asunto. Tal vez hasta le dio nombre –Bala Louise, Pequeña Eusebia porque el día que se le ocurrió el invento era el cumpleaños de su mujer, o su hija. Después, una vez terminados los planos, con la conciencia tranquila y la satisfacción del deber cumplido, el asesino de manos limpias apagó la luz en la mesa de proyectos y se fue a Disneylandia con la familia.
EL ASESINO DE LAS MANOS LIMPIAS
(TERRITORIO COMANCHE, PEREZ-REVERTE)


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