viernes, 18 de marzo de 2016

LAS HOSTIAS DE LA VIDA SIN AVISAR...

Son las hostias que te da la vida sin que las pidas, y muchas veces sin que ni siquiera las merezcas. Así sin más, sin avisar, plas plas, caes al suelo, si tienes huevos te levantas y recibes un par de hostias más. porque la vida es así de caprichosa, de jodía, de hija de puta, que le gusta jugar a tocarte un poco los cojones, es su forma de divertirse mientras tu intentas levantarte.

Porque la felicidad es así, efímera, es cierto eso que dicen que lo bueno si es breve dos veces bueno, pero joder, si dura un poco más pues también se disfrutaría mucho sin la necesidad de recibir palos para mermar los ánimos.
Así que entre los días más felices de mi vida se ha colado una buena hostia de la vida, yo la he recibido   de refilón, pero me afecta tanto porque es un familiar muy cercano, un pilar importante en mi vida y en la vida de los que tengo cerca, y los días de sol; y felicidad, se han tornado en grises y lluviosos.

No le deseo mal a nadie (o casi nadie) pero joder, no hay suficientes hijos del diablo por la tierra como para tocarle las narices a alguien que se lo merezca, ¿de verdad no hay nadie? le tiene que tocar a un hombre joven que lo único que ha hecho en su vida ha sido trabajar como un cabrón para ganarse la vida.
Así que en estas estamos, en un ring esperando el siguiente puñetazo mientras intentamos levantarnos de este hostiazo, o mejor dicho intentando ayudar a levantarse a quien la vida ha sido tan graciosa que le ha dado una de esas sin avisar. 

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